11 nov

La ecoagricultura es un estilo de vida, mucho más que una cuestión puramente económica

Imagen Edemur

Edemur es una asociación de ecogricultores y ecoagricultoras situado principalmente en la provincia de Murcia, que distribuye sus productos a través de La Ecomarca desde que ésta comenzara su andadura hace tres años. La alianza de Edemur con La Ecomarca es clave porque, según Natalia Llorente, una de sus productoras, “nos facilita mucho la distribución, simplifica la gestión con los grupos de consumo pero favorece también la relación directa con los mismos”.

Para las personas que forman parte de Edemur, vivir de la ecoagricultura no es una mera cuestión económica o una estrategia comercial. Se trata más bien, de “un estilo de vida”. Una apuesta por un tipo de agricultura sostenible y beneficiosa tanto “para el medioambiente como por la salud del trabajador”, afirma Natalia. Además, gracias a Edemur y a La Ecomarca, las personas productoras han conseguido establecer precios justos tanto para ellas como para las consumidoras.

Esta asociación murciana nació en 2010 cuando varios productores y productoras de la zona decidieron unirse para poder distribuir sus alimentos. Como recuerda Natalia, “Uno de los objetivos principales era que estábamos todos muy cansados de tratar con los canales convencionales de comercialización. Ahí no tienes nada que decir, los precios están tirados, el cobro lo hacen cuando quieren, era una impotencia muy fuerte. Y eso anímicamente afecta al productor”. Tanto para Natalia como para sus compañeros, la clave fue pensar en un tamaño más pequeño de producción pero teniendo relación directa con el consumidor.

En la actualidad Edemur distribuye sus productos principalmente en la provincia de Madrid. Grupos de consumo, pequeñas tiendas concienciadas con la ecoagricultura y familias son sus principales clientes. Desde hace tres años, La Ecomarca hace posible que la gestión con diferentes grupos de consumo se simplifique, lo cual significa un gran paso en su desarrollo.

La relación directa con las personas consumidoras es, por tanto, clave para Edemur. De esta manera, la parte productora y consumidora pueden estar en sintonía, intercambiar dudas, agilizar gestiones, resolver malentendidos. Para Natalia, “La agricultura ecológica no es sólo en el campo. También es en destino. Es asumir que los productos que recibes no tienen todos los mismos estándares; no tienen el mismo tamaño, tienen manchitas, a veces no hay toda la producción que esperas, etc.” Y eso se consigue a partir de una relación cercana y de un compromiso mutuo por la ecoagricultura.

En la construcción de este compromiso La Ecomarca tiene también mucho que aportar. A partir de su trabajo de distribución también hacen una labor de puente entre producción y consumición. “Canalizan respuestas, movilizan, simplifican la gestión, se implican en la recogida de nuestras cajas para poder reutilizar…. En definitiva, apuestan por nosotros”, concluye Natalia.